Michelángelo extrajo, de ella, la
más bella escultura.
Y en todos los casos la diferencia
no estaba en la piedra, sino en el hombre. No existe piedra en tu camino que no puedas aprovechar
para tu propio crecimiento.
Acercándoos a él, piedra viva,
desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y
preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa
espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales
aceptables a Dios por medio de Jesucristo. Por lo cual también contiene
la Escritura: He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo,
escogida, preciosa; Y el que creyere en él, no será avergonzado. 1 Pedro
2. 4-6